En el lejano 1852, en la capital del imperio ruso, la mágica ciudad de San Petersburgo, tuvo lugar un hecho histórico que creó un concepto, una descripción de la valentía de una mujer que sigue a su marido donde sea, aunque de la carcel en Siberia se tratase.
Pasada una década de la guerra contra Napoléon, y a pesar de ser un país vencedor, Rusia seguía siendo la única monarquía absoluta en toda Europa.
Un grupo de nobles, cortesanos más cercanos al Zar Nicolás I (1796-1861) y héroes de las batallas contra las tropas francesas, elaboraron un complot que llamaron El plan de grandes cambios del poder; un programa político en forma de Monarquía constitucional que, curiosamente se basaría en numerosos artículos de la Constitución de Cádiz.
La sublevación armada fracasó. Los cinco líderes del movimiento de los decembristas(nombre otorgado por la historia por haber acontecido el 26 de Diciembre de 1825) fueron condenados a muerte(ahorcados), al resto, más de 200 personas fue condenado a trabajo forzados en las minas de nikel de Siberia, les quitaron sus títulos nobiliarios, confiscaron su patrimonio y denegaron cualquier posibilidad de recurso de apelación y retorno a la capital del Imperio a por vida.
Pasados unos cuantos meses, 11 mujeres de los decembristas solicitaron al Zar audiencia y manifestaron su deseo de seguir a sus maridos en Siberia.
"De acuerdo, - dijo el imperador, - lo autorizaré pero con una condición:
los hijos ya nacidos de los matrimonios con los traidores, se quedarán en la capital y serán ingresados en el internado de la Corte; los que nacerán en Sibería, serán plebeyos sin derechos ni títulos. Si aceptáis, hoy mismo los hijos deberán ser entregados y podeis marcharos."
Las mujeres aceptaron y siguieron a sus maridos a Siberia. Entre ellas figuran K. Ivasheva, E.Narishkina, A.Muravieva, M.Rayevskaya.
A partir de aquel momento, a las mujeres que siguieron a sus maridos renegados llamaron LAS DECEMBRISTAS y hasta el día de hoy, si una mujer rusa decide cambiar de residencia para acompañar a su amor, la siguen llamando "decembrista".
La sublevación armada fracasó. Los cinco líderes del movimiento de los decembristas(nombre otorgado por la historia por haber acontecido el 26 de Diciembre de 1825) fueron condenados a muerte(ahorcados), al resto, más de 200 personas fue condenado a trabajo forzados en las minas de nikel de Siberia, les quitaron sus títulos nobiliarios, confiscaron su patrimonio y denegaron cualquier posibilidad de recurso de apelación y retorno a la capital del Imperio a por vida.
Pasados unos cuantos meses, 11 mujeres de los decembristas solicitaron al Zar audiencia y manifestaron su deseo de seguir a sus maridos en Siberia.
"De acuerdo, - dijo el imperador, - lo autorizaré pero con una condición:
los hijos ya nacidos de los matrimonios con los traidores, se quedarán en la capital y serán ingresados en el internado de la Corte; los que nacerán en Sibería, serán plebeyos sin derechos ni títulos. Si aceptáis, hoy mismo los hijos deberán ser entregados y podeis marcharos."
Las mujeres aceptaron y siguieron a sus maridos a Siberia. Entre ellas figuran K. Ivasheva, E.Narishkina, A.Muravieva, M.Rayevskaya.
A partir de aquel momento, a las mujeres que siguieron a sus maridos renegados llamaron LAS DECEMBRISTAS y hasta el día de hoy, si una mujer rusa decide cambiar de residencia para acompañar a su amor, la siguen llamando "decembrista".
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